Entrar a la univerisdad fue todo un desafío, preparase todo un año (en mi caso más de un año), dar la prueba (dia de la prueba da para otro capítulo), elegir que voy a estudiar, ver en 3 míseros días para que me alcanza y para donde, postular, esperar nerviosamente los resultados lo que incluye pasar pascua y año nuevo con la incertidumbre, luego matricularse, empezar a ver el asunto del crédito lo que significa juntar y juntar papeles, ir con la peor ropa a hablar con la asistente social poniendo la cara más lastimosa que puedas.
Cuando elegí Concepción, yo creo que no sabía al tremendo cambio que me enfrentaba, claro sabía que era lejos, pero no me imaginaba lo que iba a pasar, solo traté de que fuera la mejor opción.Esta vez quiero hablar acerca de un tema asilado que ha significado este cambio de ciudad: las pensiones en Concepción.
Un dia de Enero, viajé con mi papá en busca de un lugar para vivir allá, viajamos en un tur bus de noche, llegamos cuando amanecía, tomamos desayuno en el terminal y emprendimos el rumbo.Primero fuimos a la universidad, era obvio que es lo primero que yo quería ver, mi casa de estudios que ahora puedo decir que casi es mi casa, luego empezar a buscar pension, a las 10 de la mañana, aun parece que todos dormían porque la primera impresión fue que en la mayoría de las casas que visitamos abrian y estaban aun con pijamas jajajajaj. En fin, cuando llegó la tarde encontramos un lugar, era una casa interior donde arrendaban piezas, la pieza no era muy bonita, había un closet pequeño, improvisado, una cama de plaza y media, una mesa y una repisa, al menos llegaba bastante luz y con eso me conformaba, el baño no tenía ventana y el papelero estaba repleto; la cocina se veía sucia y oscura, y mietras yo miraba donde pretendia vivir bastante tiempo un ladrido del interior de la otra casa me interrogaba.En marzo cuando llegué, me fue a dejar mi mamá, con una cantidad de bolsos (que yo creo que ahora es el doble), recuerdo que traté de arreglarla, de poner fotos, de mantenerla mas o menos ordenada, de cambiar lso muebles de posición, en realidad a mi me entusiasmaba eso de vivir sola, de arreglar mi ambiente, de saber que al menos ese espacio que arrendaba era mio (ilusion de mechona no más). Al lado de esa pieza recuerdo que vivía una joven de 24 años, que tenia una hija que no vivía con ella, que recibía un sueldo del papá, ella no trabajaba ni estudiaba pero mantenía la casa limpia y al menos podía compartir la once con ella.Luego de un tiempo, coo en todos lados, me empecé a dar cuenta de cosas, como por ejemplo que la señora que me arrendaba era alcohólica, su pareja también, vivían con hijo inmenso, que había estado en la carcel por robo y que al parecer la costumbre no la había exterminado, ésto fue lo que me hizo pensar en buscar otro lugar, especialmente cuando me di cuenta de que el tipo robaba mi comida, todo ésto eran los primeros meses en Concepción. De esa casa un recuerdo que tengo es que en la casa de al frente (recuerden que yo viív en la casa interior) habían como 7 perros, uno era cocker, se llamaba Bobby y le encantaba echarse en un enorme cojín al sol, los otros 6 eran unos malteses, de los cuales 2, el Joe y la Jany eran campeones, tambien estaba la Meily que siempre fue mi gran compañera, lloraba cuando yo no estaba y mientras yo estudiaba se enredaba en mi chaqueta, también estaba el Samy que se acercaba a mi cuando me veia comida y por ultimo estaba el Copito, era el más cachorro y como tal era el que más se deseperaba para que yo lo acariciara. Era una verdadera fiesta perruna llegar a esa casa.
Luego de esa experiencia me cambie a otra casa con toda la pinta de la casa de la pelicula El exorcista, era una pieza más pequeña, definitivamente sin closet, con persianas, una vitrina llena de tétricas muñecas, y una cama con esos colchones antiguos que eran divididos por la mitad y que hacían que mi espalda sufriera bastante. La dueña es la típica vieja de pensión que encontramos en Conce, impersonal, aprovechadora, que promete lo mejor y entrega lo peor, que no limpia nunca la casa y estira la mano a fin de mes esperando el pago. En esa casa viví mi primera lluvia en Concepción, que como ustedes comprenderán no es la misma que la de Rancagua, lo que significó mojarme hasta los calzones, mojar varios pantalones y al menos 2 pares de zapatos, llegué a la casa y la tremenda chimenea que había estaba apagada, entro a mi pieza y el vapor de mi boca salía al respirar, dejé la ropa en la pieza y más humedad produjo, tomé un té para calentar el cuerpo sin embargo no pudo evitar que me enfermara de una bronquitis que me duró como 2 meses. Luego vino el paro, viajé a Rancagua y estuve las 3 semanas que duró, cuando volví a esa casa hinospita empezó mi mayor drama de extrañar la casa, los cariños de mi mamá, el calor de hogar, la tele, todo..¡ recuerdo que un día no me levanté, lloré y lloré hasta que me dormí, desperté y tenía la radio encendida, lo cual fue bueno ya que en ese tiempo escuchaba un programa bastante poco serio que me ayudo a salir de ese estado depresivo. Después de eso decidí cambiarme
Llegué a un departamento muy distinto a la casa anterior, tenia un baño para mi sola, la pieza era calientita, habia un closet de verdad, había cable y justo mi papa me habia regalado una tele, sin embargo tenia que vivir con una señora de unos 70 años que era viuda, al principio fue bastante familiar, lo que hizo que estuviera mas de un año, sin embargo es dificil comprender a una señora de 70 años que pucha que fregaba los pollitos, al punto de que ya no podia entrar despues de las 10 de la noche, tenia que andar desenchufando todo, si dormía en la tarde alla llegaba a despertarme, me hinchaba si lavaba ropa, si tenia la pieza desordenada, si hablaba por telefono (que pagaba yo), si comía, si no comía, si alguien me iba a ver, si me levantaba temprano, si me levantaba tarde, es decir por todo..¡ hasta que llegó un punto en que fue inevitable tener que buscar otro lugar.
Así llegue donde estoy ahora, un lugar similar al primero, con la diferencia que los dueños no viven ahi que para mi eso es impagable, se supone que hay internet pero la verdad es que hay a veces igual que agua caliente, se corta la luz frecuentemente, hace frio, mi pieza es pequeña, con un closet improvisado, con una mesa improvisada, y por si fuera poco nos han subido el arriendo, creo que lo bueno de este lugar es que he encontrado gente buena onda con la que puedo compartir y que me obliga a bajarle el perfil a mis problemas, lo pongo como un punto muy a favor ya que en otros lugares no habia encontrado eso.
En resumen, para los jovenes estudiantes que piensan que van a vivir en un lugar bonito, que va a ser como en la casa y bla bla bla es MENTIRA..¡ mi intención no es desilusionarlos solo mostrarles la realidad y darles algunos tips como cuando en el diario salga casita interior pintadita..¡ te estan diciendo que es fea y húmeda; cuando los dueños de pensión digan no si mira eso lo podemos arreglar, no te ilusiones, no lo van a arreglar; o cuando digan no se preocupe si acá soy como la mamá de los chiquillos, es la vieja más bruja que se puede encontrar, "apaga la luz, uuyy las duchas largas que se está dando, y va a viajar de nuevo?¡ etc, etc."
Sin embargo, existen los amigos que te invitan a sus casas y hacen que te sientas en familia y de hecho comienzan a serlo, y eso, el valor de la amistad de la universidad puede compensar todo lo mal que lo estés pasando en la pensión.